Gastritis

Un problema médico frecuente. Se define como una inflamación de la mucosa o revestimiento interno del estómago.

Según su duración en el tiempo puede ser aguda cuando se presenta de forma rápida y se soluciona en unos días, o crónica si persiste en el tiempo.

Existe un gran número de causas. Donde el mecanismo común en todas ellas es un desequilibrio entre los factores desencadenantes y los mecanismos de defensa que protegen la pared del estómago, resultando en una lesión de la mucosa gástrica.

La gastritis aguda suele asociarse con frecuencia a una enfermedad grave, a cirugía mayor, a un traumatismo y a situaciones de estrés fisiológico importante. También pueden causarla infecciones por bacterias como Helicobacter pylori, virus y hongos; consumo de alcohol, fármacos como antiinflamatorios no esteroideos, corticosteroides, radioterapia y reflujo biliar que es el paso de la bilis hacia el estómago.

Las gastritis crónica puede deberse a las mismas causas, si bien se prolonga en el tiempo. Pueden aparecer erosiones importantes en la mucosa gástrica y sangrado. También se asocia al consumo de antinflamatorios no esteroides (AINES), infección por el Helicobacter pylori y enfermedades autoinmunes como la anemia perniciosa.

La gastritis puede ser una hallazgo casual cuando se realiza una endoscopia por otro motivo. Puede existir inflamación sin que existan síntomas.
La gastritis se puede manifestar por una variedad de síntomas digestivos siendo los más comunes dolor en la parte alta del abdomen o molestias digestivas. El término para esta sintomatología es dispepsia. La variedad de síntomas pueden incluir náuseas, ardor, vómitos, sensación de plenitud, hinchazón, eructos y disminución del apetito.

Si existe sangrado por la inflamación pueden aparecer vómitos con sangre de color negro o deposiciones negras debido a la sangre digerida

El diagnóstico se basa en los síntomas que refiere el paciente y los hallazgos, tras la realización de endoscopia, de una inflamación de la mucosa.

Las diferentes pruebas diagnósticas incluyen:

Análisis de sangre que puede mostrar anemia.
Detección de sangre en heces.

Test para la detección de Helicobacter pylori. Se suele realizar la Prueba del aliento, muy precisa para la detección de la bacteria Helicobacter Pylori.

La prueba diagnóstica que confirma la gastritis es la realización de una endoscopia, es decir, la introducción de un tubo flexible por la boca que permite visualizar directamente la mucosa gástrica y el grado de inflamación. Además se pueden tomar muestras de la mucosa, (biopsia) y ver si existe sangrado.

El tratamiento dependerá de la causa de la gastritis. Algunas gastritis pueden curar espontáneamente.
Se deben eliminar todos aquellos posibles factores de riesgo. En el caso que sea necesario se debe interrumpir el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos así como otros factores agravantes como alcohol, tabaco, café y bebidas con cafeína.

Se indica de forma general tratamiento con fármacos para neutralizar el ácido del estómago o disminuir su producción y así eliminar los síntomas y favorecer su curación. Los fármacos habitualmente empleados son los antiácidos y protectores gástricos, los antagonistas de los receptores H2 o los inhibidores de la bomba de protones. Éstos últimos bloquean la secreción de ácido por el estómago.

No existe un tratamiento específico excepto para aquellas gastritis secundarias a infección por Helicobacter Pylori y la gastritis crónica atrófica provocada por la anemia perniciosa que se trata con vitamina B12.
Si existe infección por Helicobacter Pylori, el objetivo es la erradicación de la bacteria causante del problema. El tratamiento se basa en la utilización de un inhibidor de la bomba de protones, para inhibir el ácido del estómago, combinado con antibióticos.

Se administra durante unos días, tras los cuales se suele repetir la prueba del alimento para comprobar que la infección por Helicobacter Pylori haya desaparecido. Si no se ha conseguido se puede repetir una nueva pauta de tratamiento.
Es recomendable seguir una dieta adecuada en la cual se debe evitar la ingesta de comidas y bebidas que agravan los síntomas.

Seguir una dieta sana y equilibrada, evitar el consumo de alcohol y el tabaco, no tomar antiinflamatorios no esteroideos excepto en los casos indicados por su médico y utilizar protectores gástricos en aquellas situaciones de riesgo pueden evitar los episodios de gastritis.

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